viernes, 24 de octubre de 2014

Primer avance de "El imitador fantasma: 7 pecados".

Catedral de San Paul, Martes 2 de Septiembre 3:15 am.

Una joven mujer transita la calle esperando conseguir su sustento diario, una dama hermosa, cabello castaño claro, ojos azules, figura esbelta, piernas perfectamente delineadas y un rostro perfilado, ¿Por qué una mujer así terminaría en ese mundo?, no importa, mucha gente tendría pánico de hablar con una mujer como ella en otras circunstancias, que bueno que las circunstancias me favorecen, me acerqué a ella y vi que sacó un cigarrillo, inmediatamente le ofrecí fuego para ayudarla a encenderlo, su olor era celestial, se notaba que apenas comenzaba su jornada, vaya fortuna la mía

-Muchas gracias guapo- me dijo y me guiñó un ojo
-De nada Señorita, es un placer ayudar a una dama tan hermosa como usted-
-¡Vaya!-dijo algo sorprendida-aún quedan caballeros en Londres, ¿Cuál es su nombre, hombre del encendedor?
-¿Mi nombre dice?, Señorita, yo soy un sujeto cuyo nombre es difícil de entender, pero fácil de aprender, sin embargo creo que mi nombre no es lo importante, si no el suyo mi querida damisela-tomé su mano y la besé
-Eres un verdadero encanto londinense-me dijo mientras dejaba ver su pierna por el escote de su falda-mi nombre es Jenna y creo que usted sabe como complacer a una dama como yo-me acarició el abdomen mientras lo dijo
-¿Yo?, así es-dije con un tono misterioso-la pregunta es ¿sabe usted complacer a un hombre cómo yo?
-Dígame cómo-me dijo de forma erótica al oído
-Grita-
-Puedo gemir si eso quieres-continuó
-No, quiero que grites,-hice una breve pausa mientras la tomaba por el cuello-que grites de dolor.

En las noticias ese mismo día se escuchaba la siguiente primicia:

"Asesinan a una prostituta enfrente de la catedral de San Paul en Londres, la mujer fue degollada y sus órganos internos fueron sacados a relucir, las autoridades están trabajando para localizar algún indicio sobre el perpetrador de este tan repugnante y atroz homicidio".

Un nombre puede ser olvidado, la gente no necesita un nombre, puedes prescindir de el, al final nunca necesitarás uno, porque tus acciones se encargarán de dártelo.



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