lunes, 2 de marzo de 2015

La Batalla de los Dioses: Los defensores del Olimpo. (Introducción).

-¡Padre!-gritó Artemisa preocupada llamando a Zeus desde el salón principal del Templo de los doce-¡Padre ven pronto!
Zeus se levantó de su trono y respondió rápidamente al llamado de su hija, al llegar, el oráculo terrestre mostraba una imagen terrorífica, un batallón gigantesco de espartanos, griegos y troyanos se estaba aproximando al Olimpo, pero no solo eso, quien los comandaba era el mismo Ares, quien iba dejando una estela de peste y devastación a medida que avanzaba, Zeus estaba sorprendido, no podía creer lo que estaba viendo en el oráculo, Fue entonces cuando de repente Ares apareció en medio de los Olímpicos
-Vaya, vaya, vaya, ¿pero qué tenemos aquí, hacen una reunión y no me invitan?-dijo Ares con ironía
-¿Qué quieres Ares?-preguntó Morfeo desafiante, Ares lo miró irritado, rebosando de ira
-¡Recuperar lo que es mío por derecho!-gritó enfurecido y Morfeo dio un paso hacia atrás


-Padre, ¿cómo es posible que mi lugar en el Dodekatheon se lo hayas dado a semejante escoria?, ¡En el inframundo con Hades debería estar!-Morfeo se ofendió y comenzó a sentirse un aura de venganza en él
-¿Y solo para recuperar tu puesto traes a un ejercito contigo?-preguntó Zeus
-No padre, estoy harto de ser la sombra al costado de los Olímpicos, jamás me han respetado, siempre hacen alarde de sus grandes proezas, de los héroes que han bendecido, los hijos humanos que han creado-dijo con desprecio-pues bien, yo les voy a enseñar que también puedo hacer eso, conmigo vienen más de seiscientos hombres, dispuestos a luchar y a morir por mi, junto con Eris, Deimos y otros dioses tomaremos el lugar de cada uno de ustedes aquí, los humanos verán el nacimiento de un nuevo Olimpo, conmigo a la cabeza

-¡Yo no te lo permitiré!-gritó artemisa y le disparó una flecha a Ares, pero ésta simplemente lo atravesó como si fuera una ilusión
-Ahórratelo hermanita, yo no estoy aquí
-¡Ares, te lo advierto, desiste de tus intenciones oscuras, están dejando en ruinas el suelo por donde pasas!
-No padre, no pararé hasta verte a ti y a éstos infelices, o bien a mis pies, o bien navegando con el barquero por el río aqueronte-le explicó a su padre con un tono desafiante de guerra mientras Zeus lo miraba atónito-¡YO SERÉ EL NUEVO SEÑOR DEL OLIMPO!-con esa frase el Dios de la guerra desapareció
-¡Padre!-dijo artemisa y fue hacia él
-Supongo que no hay remedio para lo que va a pasar ahora, ¿no mi señor?-dijo Hefesto
-Demasiados humanos, aparte hay otros Dioses de por medio, aunque las Horas intenten ayudarnos no podrían con el ejército de Ares-explicó Atena
-¡Maldito, así que éste era su plan!-susurró Apolo sin ser escuchado
-Nuestro hijo nos traiciona-lamentó Hera
-Señor, no tenemos mucho tiempo, el ejército de Ares llegará en unos meses, si tomamos en cuenta que no pueden transportarse hasta aquí, les tomará al rededor de unos... Tres meses calculo yo-le dijo Hermes a Zeus

-¿Y cómo es que Ares llegó hasta aquí entonces?-preguntó Dionisio
-Una ilusión, creada por Circe, de eso estoy segura-explicó Deméter
-¿Cómo puedes estar tan segura Deméter?-preguntó afrodita afligida
-Aparte de mi hija Hécate, Circe es la única que podría hacer eso-aclaró
-Padre, tenemos que actuar rápido, quizás estemos en desventaja, pero podemos hacer algo para inclinar la balanza a nuestro favor-dijo Apolo
-Estoy tratando de pensar qué podemos hacer-dijo Zeus preocupado
-Yo tengo una idea-dijo Atena y los Olímpicos le dirigieron su mirada-necesitaremos Héroes que nos ayuden a combatirlos
-¿Hablas de humanos?-preguntó Apolo extrañado
-Así es, pero humanos fuertes y feroces, humanos que tengan la fuerza de un semidios, les daremos poder, les brindaremos nuestra bendición y juntos terminaremos con la locura que planea Ares
-Entiendo-dijo el señor del Olimpo-¿tienes en mente a algún humano en específico?
-Tengo doce-comentó la Diosa de la guerra decidida.

Continuará...