lunes, 15 de septiembre de 2014

Carta a un amor imposible.


Hola, lamento importunarle de esta forma, no quería hacerlo pero mucho me temo que si no lo hago ahora la bizarría que me embarga en este momento pase y se la lleve el viento, pido disculpas nuevamente y prosigo con la misiva:


Le conocí hace mucho, diferíamos en muchas cosas y aún lo hacemos, poco a poco nos ganamos la confianza el uno del otro, crecimos con el paso de los años, sufrimos, reímos, lloramos, como cosa rara fuimos avanzando hacia un punto en el que el retorno de los ánimos podría volverse conflictivo, me di cuenta de que algo me pasaba, era usted quien con humilde cariño en mi rostro una sonrisa dibujaba, era yo quien le escuchaba y pensaba que sus palabras no tenían trasfondo, eran palabras que me enternecían que aplacaban mi inquietud y sanaban mis heridas, entendía con el paso del tiempo que poco a poco le iba queriendo, ahora ya lo sé.
Sin embargo interrumpo esas palabras para no complicarme más la vida, pues vi sus ojos y lo supe, que usted nunca sería mía, suyo soy de eso no hay duda, pero el amor es una palabra de pares, 4 letras, 2 vocales, 2 consonantes y 2 personas para que puedan amarse.


Le ruego me comprenda la siguiente pues mi felicidad de la suya depende, acepto mi cruel destino, estar anclado a su querencia tan solo como un amigo, que me castigue la vida si el devenir del destino me hace apartarme de su lado por contravención de lo creído, Dios libre a este tonto de semejante desatino. 
Me despido cordialmente de usted a quien escribo, pues prefiero quedarme así, escribiéndole a un amor imposible antes que enfrentarme al fuerte puño del destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario