El pincel de Dios.

-Un trazo aquí, una línea indefinida allá, un par de colores de relleno y listo...-dijo Dios luego de terminar su pintura

-Me tomó mucho tiempo crear esto, pero ya lo hice, ¿qué dices Gabriel, no esta excelente?-le preguntó sonriendo y apuntando con su divina mano la obra que había terminado

-Señor, que obra tan magnífica, pero no creo que deba quedarse aquí en el cielo-le dijo el Arcángel mirando pensativo el lienzo

-¿Por qué lo dices mi ángel querido? Es una obra eterna, además tiene los dones del arte, la comedia, la inspiración, la visión, el respeto y, si la ves de perfil puedes notar Gabrielito que también rebosa con un aura de humildad, cariño e irreverencia, es una obra tan perfecta que si fuera humano haría cosas tan buenas que probablemente a millones les encantarían, pero ganaría también el descontento de unos cuantos-comentó sonriente y orgulloso 

-Señor, yo creo que usted tiene razón y, asombrado estoy por tal descripción, por eso le pregunto ¿y si lo envía a la tierra?-lo mira Gabriel expectante

-¡Gabriel, pero que idea has tenido! -exclamó-, no lo había pensado, si lo envío a la tierra podrá en verdad hacer con su talento maravillas, le llevará esperanza al desesperanzado y risas al afligido-comentó contento

-exacto Señor, podría enviarlo a París, ahí de seguro encaja- sugirió Gabriel

-Hmmm... No, a París no, ya ahí la gente tiene la esperanza que necesita-dijo el Señor

-¿y si lo envía a Egipto?-propuso el Arcángel 

-No, a Egipto no, él no aguantaría el clima- aseveró Dios

-¿Y qué tal si lo enviamos al polo norte?

Tampoco Gabriel, ya ese lugar está ocupado -comentó- ... Ya sé a donde lo voy a enviar, lo dejaré en mi proyecto mas hermoso, estoy seguro que encajará perfecto, será querido y respetado, servirá de inspiración y aprendizaje para otros y tratará de explicarle lo delicado de las cosas a la gente a través del arte y la comedia, así será lo enviaré ahí-dijo contento y entusiasmado

-Buena elección mi Dios, y ahora hay que ponerle un nombre-dijo el Ángel Gabriel

-Sí, le daré el nombre de un apóstol, de un fiero animal y el apellido tan noble y humilde que lo reconozcan donde sea y lo pueda usar para firmar

-¿Y entonces señor, como se ha de llamar?

-Eso es muy fácil Gabrielito, se llamará...

27 de Febrero de 1929, La Grita, Táchira, Venezuela.

-Es un muchacho doñita, ¿qué nombre le va a poner?

-Pedro, Pedro León Zapata-dijo su madre mientras lo cargaba y sonreía con lagrimas de felicidad en su rostro...

En Honor a Pedro León Zapata

27 de Febrero de 1929 - 6 de Febrero de 2015.